Tu padre me cortaría la cabeza, pero con gusto moriría conociendo el sabor de tus labios.
Vas a ser mía, vas a volar a mi lado y ese día vas a recordarlo, porque cuando seas mi mujer, no voy a dejarte ir.
En definitiva, el Dark Romance es un género literario interesante que, guste o no, da de qué hablar.
Tienen dos opciones, morir o morir.
En esta ocasión, la autora venezolana Lorena Fuentes nos trae la tercera entrega de la serie Ley del Silencio, llamada Inferno e Paradiso: un libro distinto a muchos leídos sobre mafia, ya que su particularidad es enaltecer el poder del amor por encima de los trazos oscuros que encierran su temática.
Aquellos que tienen hambre de poder no saben lo que significa poseerlo.
Como mencioné anteriormente, la palabra amor se encuentra de cabo a rabo en la novela Inferno e Paradiso. Su significado lo cree todo, conlleva también, sacrificios; saber hasta dónde llegar por amor; una palabra representada y accionada por personajes bien definidos para su gran intención.
Muchas veces olvido que soy simplemente un hombre, que si me hieren, también sangro; que si golpean mi piel, también se vuelve de color púrpura; que soy alguien que ama igual que otro hombre normal.
La relacción e interacción entre los personajes de la tercera entrega de la serie Ley del Silencio, se determina gracias a las vivencias de cada quien, se refuerzan con las experiencias sufridas; personajes que se muestran sorpresivos, incluso, en los distintos escenarios que Fuentes construye para Inferno e Paradiso. Esta inreracción -inclusión de nuevos miembros a sus organizaciones, el perdón, el castigo, la venganza, el reconocimiento de debilidades y fortalezas del otro- es la clave de mucho aquí.
Muchas veces es mejor ser ciego, sordo y mudo que convertirse en una basura como tú.
Debo acotar que me gustó la evolución de Giovanna, protagonista de las entregas anteriores (sigue siendo una de las protagonistas de toda la serie), convirtiéndose en prácticamente una rena de mafia, pero sin alejarse de esa sutileza y feminidad que da gusto tener entre páginas.
Podía olvidar con su proximidad que tenía otro destino.
Inferno e Paradiso es la historia del hermano del protagonista de las anteriores entregas, de hecho, hermano del jefe de la Cosa Nostra. Mauricio es mucho más retorcido que su pariente, pero tiene un lado humano muy marcado, casi rosa, rosa palo, rosa duro. Y reclama a Marina por encima de mil prejuicios mafiosos, sin ápice de miedo, enalteciendo el objetivo de la novela: amar. Marina por su parte, con estudios de teología, paciencia infinita y un sentimiento profundo para el catolicismo, se muestra como una jovencita «frágil», quien no debería estar rodeada de todo ese mundo oscuro, no debería pertenecer a él, no debería sufrir junto a esas personas ni tener esa sangre que le recorre por las venas. Pero es así, es su realidad, y su historia se cuenta de forma interesante.
Eres un ángel que nació en este mundo.
Como dato que le otorga similitud a este libro con los anteriores, se encuentran los villanos, quienes conservan una maldad extrema, siendo terroristas dentro de sus propias organizaciones.
Nunca es tarde para ser libre.
Villanos amantes de la guerra interna, envidiosos y molestos con el mundo, hacen el peor daño casi sin sentido, aunque lo tenga. Esto se ve muy parecido en cada libro (hasta ahora ha sido así, habría que ver cómo es el villano del siguiente). Y lo interesante de denominarlos como los malos del cuento, es saber que ya los propios protagonistas pueden ser los malos de la vida: son mafiosos, asesinos, corruptos, delincuentes, extorcionadores… Es lógico entonces pensar en la existencia de unos malos de malos: esa villanía que genera miedo real y sozobra entre perversos.
El todopoderoso Don es solo un humano y tú me ves como un dios.
A Inferno e Paradiso le darás cinco estrellas. Debo recomendar esta novela y seguir recomendando el resto de la serie (Omertá, Amore e Vendetta) porque es adrenalínica, no para, tiene estructura. Si les gusta el Dark Romance, Ley del Silencio es una lectura ideal.